El pasado de Daria Zarkova: claves para entender el Universo Zarkova

Me llamo Daria Zarkova.
Aunque no siempre.

Mi familia es originaria de Plovdiv.
Una ciudad que no aparece en las noticias salvo cuando algo arde.

A los doce, aprendí que una mujer puede desaparecer sin dejar rastro… y que la memoria colectiva es mucho más breve de lo que debería.

Mi madre era periodista. Y demasiado valiente.
No encontraron su cuerpo.
Solo su grabadora, con la cinta rota.
Desde entonces, dejé de confiar en lo que se ve. Y empecé a escuchar lo que no se dice.

Mi padre era diplomático. Al menos, eso decía su pasaporte.

A los dieciséis, me envió a una academia en Suiza. Allí no se enseñaba geografía: se entrenaba poder.
Aprendí a negociar sin hablar. A mentir sin que se note. A desaparecer sin dejar huella.

Desde entonces he recopilado lo que otros descartan.
Documentos, voces, patrones.
No busco justicia.
Ni consuelo.
Sólo entender qué hay detrás de todo lo que parece claro.

No soy una víctima.
No soy una heroína.
Soy alguien que entendió demasiado pronto que el silencio no es ausencia.
Es estrategia.